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El diseño como agente del cambio

  1.12.2016   21ninjas   Diseño

La formación teórica en diseño gráfico es menos buscada que la formación técnica. El diseño y el diseño gráfico no tienen una definición aceptada por todos. Se define casi siempre desde el punto de vista de la profesión, de la actividad del diseñador.

Esta concepción meramente procedimental obvia la relevancia de la figura del diseñador gráfico como catalizador del proceso de cambio e innovación de la comunicación visual como disciplina.

Ser meramente un ejecutor debe ser un rol desechado por los nuevos profesionales de la comunicación visual.

Son cada vez mas los centros de formación, escuelas y empresas que apuestan por formar a diseñadores diestros en el “arte de pensar”, analizar, empatizar y conocer el entorno y las necesidades de una sociedad globalizada que comparte un lenguaje común que trasciende a la cultura, el estatus o la religión.

 

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En el ámbito de la pequeña y mediana empresa, en el que no existe en muchas ocasiones la figura del director de arte, los diseñadores gráficos de nueva generación cuentan con mas herramientas para afrontar proyectos complejos y desarrollarlos desde sus primeros estadíos hasta su resolución.

En un mundo cada vez mas visual e intercomunicado, la figura del diseñador gráfico comienza a ser vista como un eslabón imprescindible para las empresas que apuestan por no quedarse rezagadas en las nuevas estrategias de comunicación visual, sobre todo en el ámbito digital.

Para las PYMES, que viven en constante competencia entre sí como con las todo poderosas multinacionales de los diferentes sectores; comunicarse y llegar al público conociéndolo y desarrollando estrategias a medida se hace imprescindible en la supervivencia y evolución de sus negocios.

El diseño de propuestas comunicacionales interactivas, el desarrollo de herramientas funcionales adapta- das y personalizables o la labor de investigación e indagación en nuevos conceptos gráficos, son hoy en día algunos de los grandes campos de actuación de esta profesión muchas veces infravalorada.

¿Quieres trabajar con nosotros?

  20.10.2016   21ninjas   Nosotros

Como todo en la vida, la primera vez siempre es la más complicada. Hemos estado horas y horas pensando en una primera entrada para el blog que fuera ideal, que fuera diferente y que al menos consiguiera engancharte a terminar de leer.

Es probable que no hayamos cumplido las expectativas pero al menos estamos seguros de que esta entrada te será de utilidad en caso de que quieras contratarnos o trabajar con nosotros.

Antes de nada, nuestros antecedentes. Somos un estudio creativo especializado en llevar a cabo proyectos tecnológicos desde sus etapas más tempranas hasta su puesta en producción. Separamos nuestra actividad en tres departamentos diferentes: diseño, desarrollo y marketing digital. De esta forma podemos ofrecerte una experiencia unificada sin que necesites de varios proveedores para sacar a adelante tu proyecto.

Somos una consultoría pero no funcionamos como una consultoría. Nos reunimos contigo, te escuchamos y estudiamos tu propuesta. Te ofrecemos un presupuesto sin compromiso y de forma totalmente gratuita. Todo esto en un plazo de tiempo corto, sin esperas ni retrasos. Al fin y al cabo, queremos trabajar contigo.

 

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Trabajar con especificaciones cerradas es ideal pero muchas veces no es posible. Comprendemos que tengas dudas y que tu idea no esté pulida del todo, por eso nos adaptamos a ti y desarrollamos tu proyecto poco a poco, ajustando tiempo y coste sobre la marcha.

Nos gusta innovar y el trabajo bien hecho. Rechazamos la mediocridad. Nos gusta trabajar haciendo cosas que puedan ser comparadas con las que se hacen en otros lugares del mundo, dónde son líderes en tecnología y marcan las tendencias. Creemos que no es la tierra la que marca la profesionalidad o el buen hacer sino las personas.

La usabilidad es clave para nosotros y siempre está presente en cada uno de nuestros trabajos. Somos defensores de que menos es más y de que algo que tenga que ser explicado para ser utilizado tiene fallos de diseño.

Siempre estamos a tu disposición. No dejamos emails sin contestar ni evitamos llamadas. Cuando nos necesites ahí estaremos, porque tu negocio no puede depender de factores externos.

Siempre que podamos te ofreceremos varias alternativas para llevar a cabo tu idea, explicándote sus ventajas y desventajas. Claros y oscuros, vicios y virtudes. Si hay una forma más barata de hacer lo que quieres y cumple tus especificaciones, te la ofreceremos. Queremos que sigas trabajando con nosotros porque nos gustan los clientes que son de quedarse y no de irse.

Este es nuestro alegato, nuestra primera entrada en el blog y nuestros principios. Y ahora, ¿empezamos a trabajar?

 

Google y el mal menor

  25.08.2016   21ninjas   Tecnología

Google se preocupa en buscarte, clasificarte y posicionarte. Pero depende de ti en que posición lo haga.

Imagina una biblioteca con miles de libros. Su utilidad es nula hasta que todos esos libros son listados y ordenados de alguna forma. En Internet pasa lo mismo con la información. Desde el origen de Internet, el crecimiento de sitios web ha sido exponencial y han ido surgiendo diferentes retos para los que no hay una solución clara o al menos, totalmente satisfactoria.

Tras el reto de la ordenación y la clasificación de una cantidad ingente de información — recuerda, no sirve de nada la información que no es accesible o no se puede encontrar — hemos derivado en otro problema que sigue empeorando a pasos agigantados: la calidad de esa información. Hablamos de la verdad, de lo que es legítimo, de relevancia real, de separar el trigo de la paja.

Hasta el momento, el algoritmo sobre el que se sustenta Google como buscador para mostrar resultados de calidad se basa en una premisa sencilla. Simplificando mucho, PageRank — así se llama el algoritmo de Google — es lo mismo que el citation index en el mundo de la ciencia, una forma de clasificar y medir la relevancia de un científico a partir de las menciones que otras publicaciones hacen de sus artículos. A más menciones, se infiere que el autor es más relevante y sobre todo, que sus publicaciones son de más calidad.

PageRank hace lo mismo, pero con las páginas web. Cuando una página web es enlazada por otras páginas web, PageRank entiende que están hablando de ella y que por lo tanto tiene relevancia, que su contenido debe ser de calidad y por lo tanto merece salir antes en los resultados de una búsqueda. Pero lo que funciona bien para el mundo de la ciencia con el tiempo ha dejado de ser efectivo en Internet.

La inclusión de las redes sociales en PageRank — siguiendo la misma lógica, si se habla mucho de una cosa, esa cosa tiene que ser buena — ha desvirtuado los resultados. Los usuarios nos hemos convertido en una fuente de ruido y tanta información ha terminado por alienarnos. No somos capaces de discernir entre la verdad y la mentira, somos manipulables y nuestro criterio es cuestionable. No somos gente de fiar.

426020638_13371897912487598143Lo que inicialmente se contempló como una forma de añadirle calidad a los resultados ha terminado por posicionar en los primeros puestos de una búsqueda a páginas que promocionan las teorías de los antivacunas, la homeopatía, el reiki y otros miles de mitos o teorías pseudocientíficas. Blogs sensacionalistas, sesgados o claramente manipuladores le quitan el puesto a publicaciones serias. Y todo esto nos lo comemos cuando hacemos una búsqueda.

Considerando que el grueso del beneficio de Google gira alrededor de su buscador, es lógico pensar que los esfuerzos que se están invirtiendo en cambiar esto son enormes. Por eso, la próxima actualización de PageRank dará menos crédito a las redes sociales e introducirá una novedad polémica. Una forma de analizar si un resultado es verdad, si tiene legitimidad o no. Para esto, se apoyará en fuentes de conocimiento probado como la Wikipedia — entre otros muchos.

Ahora bien, tenemos a una empresa privada decidiendo lo que es verdad y lo que es mentira. Un algoritmo al que nadie tiene acceso pero que el 98% de los internautas utiliza para navegar, para informarse, que utiliza prácticamente para todo. Las implicaciones reales de esto son gigantescas. Y por eso hay un movimiento cada vez mayor pidiendo transparencia, pero hablamos de una empresa privada. Cada parte defiende sus intereses, pero cuando hablamos del bien común pocas veces podemos hablar de soluciones ideales. No porque no las haya, sino porque no hay voluntad. Al final, solo nos queda elegir el mal menor.